La educación ambiental se consolida como un eje central en la formación escolar. Cada vez más colegios en Chile implementan programas que enseñan a los estudiantes sobre reciclaje, biodiversidad y consumo responsable.
Proyectos de huertos escolares y compostaje permiten a los alumnos comprender la importancia de los ciclos naturales y la sostenibilidad. Además, se fomenta el trabajo en equipo y la responsabilidad ciudadana.
Organizaciones ambientales colaboran con los establecimientos, ofreciendo talleres, charlas y excursiones a parques nacionales. Estas experiencias refuerzan el aprendizaje teórico y sensibilizan sobre la protección de la naturaleza.
El impacto va más allá de las aulas: los estudiantes transmiten conocimientos a sus familias, ampliando la conciencia ecológica en las comunidades.
Los docentes también se capacitan para integrar contenidos ambientales en materias tradicionales, haciendo que la educación sea transversal y práctica.
El objetivo es formar ciudadanos conscientes, capaces de tomar decisiones responsables frente a los desafíos ambientales presentes y futuros.