La medicina preventiva está ganando protagonismo en el sistema de salud chileno. Campañas de detección temprana para cáncer, hipertensión y diabetes buscan reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida.
Hospitales y consultorios implementan programas de chequeos rutinarios y educación sobre hábitos saludables. Esto incluye talleres de nutrición, actividad física y manejo del estrés.
El acceso a exámenes preventivos ha mejorado, especialmente en ciudades principales, aunque en zonas rurales sigue siendo un desafío. Programas móviles y telemedicina ayudan a superar barreras geográficas.
Los especialistas destacan que la prevención es más efectiva que el tratamiento tardío, generando ahorro en el sistema de salud y mejorando resultados clínicos.
Iniciativas privadas y ONG colaboran para concientizar sobre la importancia de la prevención, especialmente en poblaciones vulnerables.
La medicina preventiva no solo salva vidas, sino que fomenta una cultura de autocuidado y responsabilidad sobre la salud individual y colectiva.