La moda ha dejado de dividirse entre “ropa de hombre” y “ropa de mujer”. Cada vez más marcas apuestan por colecciones sin género, centradas en la expresión personal y no en el binario tradicional.
Camisas oversize, faldas, trajes unisex y colores neutros o vibrantes: todo depende del gusto y no del género. Esta tendencia es especialmente fuerte entre la generación Z, que desafía los códigos establecidos.
También han surgido modelos, influencers y diseñadores que difunden esta nueva estética libre, inclusiva y sin límites. La industria, aunque lentamente, empieza a adaptarse.
La ropa no define tu identidad. Es solo una herramienta para expresarla.