Lo que comenzó como una práctica solitaria se ha convertido en un fenómeno colectivo. El running, que gana adeptos en todo el mundo, ya no es solo una forma de ejercitarse, sino también un espacio de encuentro social y cultural.
En ciudades de Chile y otros países, los clubes de corredores se multiplican. Allí, principiantes y experimentados encuentran apoyo, compañía y motivación para alcanzar sus metas. Las redes sociales también cumplen un rol clave al difundir rutinas, logros y consejos.
Los beneficios físicos del running son evidentes: mejora la resistencia cardiovascular, fortalece músculos y huesos, y ayuda a controlar el peso. Pero más allá de lo físico, aporta claridad mental y una sensación de bienestar difícil de igualar.
Las carreras masivas, como maratones y corridas benéficas, han consolidado al running como un evento cultural que moviliza comunidades completas. Participar ya no es solo competir, sino formar parte de una experiencia colectiva.
De ejercicio individual a fenómeno social, el running demuestra cómo el deporte puede unir, inspirar y transformar estilos de vida.