Cada vez más personas están adoptando el journaling como una práctica cotidiana para manejar emociones, organizar ideas y reducir el estrés.
Los psicólogos resaltan que escribir a mano activa procesos cognitivos distintos a los de las pantallas, ayudando a procesar información de forma más profunda.
El método se ha vuelto popular por su flexibilidad: puede usarse para registrar metas, reflexiones, gratitud o simplemente como un espacio personal sin reglas.
Muchas escuelas y universidades están incorporando esta práctica para mejorar la concentración de sus estudiantes.
Los usuarios aseguran que dedicar solo diez minutos diarios genera cambios significativos en el bienestar emocional.
El journaling se consolida como una de las terapias de autocuidado más simples y efectivas del último tiempo.
El poder del journaling: escribir a mano como herramienta de autocuidado