El terremoto es una bebida típica de las Fiestas Patrias, reconocida por su sabor dulce y colorido. Se prepara con pipeño, helado de piña y licor de durazno.
Su origen se remonta a los años 80 en Santiago, y desde entonces se ha popularizado en todo Chile durante septiembre.
Se sirve en fondas, ramadas y celebraciones familiares, convirtiéndose en un símbolo de alegría y festividad.
El terremoto refleja la capacidad chilena de transformar tradiciones sencillas en elementos culturales reconocibles.
Aunque tiene alto contenido alcohólico, su sabor y presentación atraen tanto a jóvenes como adultos, integrando la bebida a la experiencia patriótica.
Celebrar con un terremoto es una tradición que combina historia, sabor y diversión, consolidándose en la cultura chilena.